Un deporte para practicar en familia

Cada vez son más las personas que practican el snowboard en nuestras estaciones de esquí, de tal forma que en algunas se han habilitado espacios especiales para su práctica, dada la cantidad de usuarios que tiene, y que no interfieran con el esquí u otras actividades que puedan realizarse en nieve. Definitivamente, el snowboarding está de moda.

Y no importa si eres viejo, anciano, adulto o más joven, o ni tan siquiera si eres mujer, hombre o gay, lo cierto es que este deporte no tiene nada que ver con género ni sexualidad. Se trata más bien de querer pasarlo bien.

Y como con cualquier deporte, son muchos lo que prefieren practicarlo en familia, y así compartir con sus hijos sus aficiones e introducir a los miembros de la familia en la práctica de esta actividad, siempre deseando que disfruten de la naturaleza y el aire libre. Y no es un mal plan, por supuesto, si se tienen un cuenta unas cuantas premisas bastante sencillas.

La primera pregunta que se hacen los padres es:¿a qué edad es aconsejable empezar a hacer snowboard? Al parecer, algunos expertos aseguran que la mejor es empezar cuanto antes, en el que el cuerpo ya tiene madurez en cuestión de equilibrio y velocidad, y para soportar cierta disciplina en las enseñanzas. Claro que, como con todo, siempre puede haber algún adelantado, y no es extraño ver a chicos montados ya en una tabla con total soltura.

Algo importante, y que algunos padres deben comprender, es que no siempre el progenitor es el mejor maestro para los demás, por muy buenas intenciones que tenga; en la mayoría de las ocasiones, merece la pena contratar los servicios de un instructor, algo que ya ofrecen la mayoría de las estaciones de esquí, que le inculque algunos principios básicos y que sepa cómo hacer exactamente que el chico aprenda divirtiéndose, pero que asimile esos conocimientos y los aplique como algo necesarios.

Y lo primordial, tenga la edad que tenga y le enseñe quién le enseñe, es que el chico vaya siempre bien protegido, con adecuada ropa de abrigo y el correspondiente equipo de protección; eso, más que cualquier otra cosa, hará que tanto el pequeño como sus padres disfruten de un inolvidable día en la nieve montados en su tabla de snowboard, y no duden en repetir.